Razón de ser del brigadista Henry Reeve

Mi estancia

Un día caminando escuchamos el sonido de nuestros teléfonos, respondimos, donde recibimos la invitación a participar de una obra digan como es el internacionalismo, para servir a un país devastado por un desastre natural.

Hicimos un alto y paramos un buen momento, pasaron muchas ideas por nuestra mente, enseguida nos acordamos de la escuela donde fuimos formados, durante seis largos años y los principios de nuestra formación, respondimos con un .

Así partimos desde nuestro país, para nuestra segunda casa, cuba, donde recibimos enseñanzas y experiencias contadas en la boca de prestigiosos profesores para enfrentar la tarea designada.

Después  de la estadía corta partimos para el destino final que sería Haití. Llegamos con mucho temor…. Una vez en el aeropuerto nos alegramos mucho porque  ya estábamos en tierra, a la misma vez admirados y sentimos la tristeza con un suspiro profundo porque comenzamos a percibir la realidad de la tragedia en el aeropuerto se observaban paredes abiertas, rajaduras, cables caídos.

Enseguida abordamos los buses con las maletas en las manos, al recorrer las calles de Puerto príncipe en la medida que nos alejamos del lugar, apreciamos la pura realidad de Haití y la destrucción masiva que había sufrido. Observamos numerosas poblaciones de carpas, personas a montones y largas filas para recibir agua y alimentos; los niños caminaban descalzos, algunos sin ropa, con un matiz fuerte que daba la sol en la mañana del 15 de febrero, en medio de todo ellos se apreciaba la tristeza que bañaba los rostros y abatía los corazones, al mismo tiempo las enfermedades que los golpeaban por las condiciones de desorden y pobreza en que se vive.

Mientras duraba el viaje observamos a cada paso lo sucedido, algunos por el cansancio decidimos dormir luego del recorrido de tres horas aproximadamente, llegamos a Grand Goave  todos sofocados por el calor. Al bajar del bus no encontramos la forma de entablar una conversación por el idioma ¡sólo nos mirábamos!. Pero allí estaban nuestros compañeros y amigos cubanos que preparaban nuestras hermosas habitaciones, o sea, “carpas”.- Enseguida nos presentamos, al mismo tiempo nos designaron las lindas habitaciones y camas, que por cierto, son excelentes porque es la primera vez que nos encontramos en esta situación.

Al día siguiente comenzamos el trabajo repartidos en grupos de cuatro personas y todos nos preguntamos que iríamos a decir, pero allí estaban nuestros amigos los traductores habitantes de esta tierra. Llegamos a un punto y las personas se agolpaban de tal manera que nos quedamos impresionados, era el mediodía y aún la fila no se había terminado, por lo cual muchas veces les tuvimos que decir vuelve mañana ¡qué grave!

Entre todo ello recibíamos recomendaciones que a diario fueron formando nuestro carácter, en las tardes pasamos limpiando, cargando agua.

La historia se repetía día a día desarrollándose de la misma manera con algunas particularidades, observamos, palpamos tratamos patologías que solo hemos visto en libros, pero ahora ya no lo estábamos observando en textos, sino que las personas eran nuestro textos. Patología como la Piodermitis, Escabiosis, las Tinas en todas sus presentaciones, además de la Malaria, la Fiebre Tifoidea, IRA, se convirtieron en nuestro pan de cada día sin descartar el parasitismo intestinal con sus complicaciones.

Así un día en particular en nuestro campamento “ Tosé” el primer lugar donde llegamos se cubrieron los casos, al no haber más pacientes emprendimos la aventura bosque adentro, donde a cada paso encontramos personas que  requerían nuestros servicios, nosotros alegres acudimos a servirles, al finalizar el día nos sentimos felices por la labor realizada.

Al llegar otro día comenzamos a escalar la montaña en busca de otro campamento, con las mochilas en la espalda a 45 minutos encontramos un asentamiento de un orfanato de aproximadamente 100 niños. Al vernos llegar los niños daban voces de alegría, enseguida preparamos nuestras  mesas de atención, los niños pasaban frente a nosotros al mismo tiempo se dejó el tratamiento correspondiente para cada niño que lo requería. Extendimos la atención una hora más de lo normado, al ver nuestro cansancio en algunas oportunidades encontramos transporte en que regresar. Al llegar al CDI escuchábamos estas palabras de agradecimiento por parte del director del orfanato: “Dios los bendiga, no podremos pagarles ¡muchas gracias!, ello nos satisface.

Al llegar el nuevo día subimos aún más hasta la colina y preparamos la consulta debajo de un árbol, nos acompañaba una brisa suave que nos daba la inspiración para seguir en el desarrollo del trabajo. Al mismo tiempo compartimos educación sanitaria y de salud mental para los niños y adolescentes, con ellos prendimos a bailar y reír juntos en medio del dolor.

Al pasar este tiempo hemos visitado una y otra vez los seis asentamientos, donde observamos un cambio rotundo como producto de nuestra intervención, saber esto nos llena de satisfacción y vigor para seguir adelante. Estamos convencidos de que nuestra estancia no fue en vano.

Hoy preguntamos al pasar por los campamentos si hay enfermos y escuchamos la respuesta de que no hay. Juuuu, al mismo tiempo vemos la seguridad y esperanza en cada persona, adulta, adolescente, niño; por lo cual podemos decir con plena satisfacción que hemos sido partícipes y sembramos la semilla de amor sirviendo al pueblo haitiano en este corto tiempo. Cumpliendo el refrán ¡ sino vives para servir, no sirves para vivir!.

Médicos bolivianos del CDI de Grand Goave.

Dra. María Lucero Gorena Mantilla

Dra. Verónica Poma Abrigo

Dra. Delia Choquehuanca Quispe

Dr. Eddy Illanes Coronel

Dr. Edgar Pérez Flores

2 Respuestas to “Razón de ser del brigadista Henry Reeve”


  1. 1 sara hernandez abril 30, 2010 a las 4:10 am

    Hola amigos bolivianos
    Evo morales debe estar orgullosos de ustedes,
    abrazos desde Venezuela.

  2. 2 Gisela Lopez May 4, 2010 a las 8:18 am

    Cuanto respeto merecen los graduados del Elam, como tambien siento un orgullo inmenso por la solidaridad y el sacrificio de todos ustedes. Soy una cubana viviendo en el vientre del monstruo y todos los dias bendigo la vision profetica del Comandante en Jefe Fidel. Adelante, companeros, Haiti y los menos afortunados del mundo los necesita.


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